Rooney, la sed de Florentino y la sombra de Llorente

Rooney se va del Manchester United. No es nuevo en el club de los Red Devils, pero sí ha pillado un poco por sorpresa. Seguramente sea la noticia de la semana e incluso del mes en el fútbol europeo, pero si hay un lugar donde esa noticia ha tenido una especial repercusión ha sido en las oficinas de Concha Espina. Florentino, ávido de galácticos tras un verano en el que la incorporación más mediática posiblemente haya sido un joven Özil aún no muy conocido, ve en el delantero inglés la oportunidad de volver a decir eso de “este jugador ha nacido para jugar en el Real Madrid”, y seguramente ya esté frotándose las manos desde su despacho de ACS.

El Madridismo, años atrás, también estaría suplicando a los cuatro vientos la contratación inmediata de Rooney, pero en esta ocasión es diferente, y es que hay un delantero en el fútbol español que lleva un tiempo levantando pasiones entre los aficionados merengues: Fernando Llorente. El delantero navarro ya sonó este verano después del Mundial, aunque ha sido tras este espectacular inicio de temporada cuando esas voces tímidas se han convertido en rugidos feroces apoyando la contratación del hasta ahora ‘9’ de San Mamés.

Hace años, concretamente en la primera etapa del señor Pérez, hubiera sido impensable fijarse en un delantero nacional (por muy bien que lo estuviera haciendo), pero ahora las cosas han cambiado. Bien porque el Madridismo ha aprendido de los errores y excesos del pasado, bien porque los éxitos de la Selección nos han quitado los complejos de inferioridad de todo lo que suena a futbolista español, Fernando Llorente sale muy bien parado en la comparativa con Wayne Rooney. Nadie duda de que el ariete británico sea un jugador muy bueno, pero la gente en Chamartín ya no se fija en el nombre sino en el hombre.

Deportivamente el madridista de a pie sabe que Rooney puede parecerse a Higuaín (cada uno con sus grandezas y debilidades), pero Llorente en cambio es ese ‘9’ puro que tanto gusta y añora el Bernabéu. Llorente, además, conoce a la perfección el fútbol español y ha demostrado que puede jugar perfectamente junto a grandísimos jugadores, como en la Selección. Rooney en cambio es el típico crack británico que fuera de sus islas de diluyen como un azucarillo; no sería el primer caso de inadaptación de un inglés cuando pisa continente europeo.

Pero detrás del fichaje de Rooney puede esconderse una curiosa estrategia comercial. Con la LFP a punto de lanzarse a un mercado asiático con 200 millones de clientes potenciales, Florentino Pérez puede ver en Rooney una de las cartas ganadoras de cara a hacer caja en Asia. No olvidemos que el seguidor asiático no es como el europeo. Allí no sigue a un equipo sino que sigue a un jugador, a un personaje, por lo que el fichaje de Rooney sería, para el señor Pérez, aún más rentable si cabe con esta apertura a Asia que el de Fernando Llorente. Esa filosofía de que "es mejor jugador el que más camisetas vende" puede volver a Chamartín con la llegada del ariete inglés.

Si Florentino Pérez ha aprendido de los errores de su primera etapa al frente del Real Madrid, Rooney no jugará en el Santiago Bernabéu. En cambio, si vuelve a caer en los excesos del pasado, no se debe descartar nada... ni siquiera que el jugador llegue en invierno. Será curioso ver cómo se desenvuelve la situación con un Florentino sediento de Galácticos teniendo de entrenador esta vez a Mourinho y no a los García Remón o López Caro de turno

Yo de momento ya me he decidido: me quedo con Llorente.