lunes, 25 de octubre de 2010

La particular Reconquista de Fernando Alonso

Fernando besa el trofeo sobre el podio de Yeongam.
Allá en el 722, un noble visigodo conocido como Don Pelayo inició la Reconquista de la Península Ibérica. Ayer, un 24 de octubre de 2010, otro asturiano conocido como Fernando Alonso culminó una de las fases más importantes de su Reconquista particular: ya se colocó líder del Mundial.
Ganó la carrera y se sitúo primero en la clasificación del Mundial a falta de dos carreras. Fue el mejor en Yeongam a pesar de la pila de imprevistos que tuvo a lo largo de la carrera: los dos Red Bull, el McLaren de Hamilton, la salida lanzada detrás del Safety Car que le impedía atacar como tenía pensado, la dichosa tuerca de la rueda delantera izquierda… pero eso a Fernando le dio igual.
No exagero cuando digo que Alonso es el piloto de la parrilla que mejor controla los factores psicológicos de las carreras. Ayer tenía pensado atacar en la salida y por cuestiones climatológicas no hubo salida convencional… ayer era una cita para no fallar y la mala suerte y/o un error humano de un mecánico hicieron que en boxes perdiese la segunda posición en favor de Lewis Hamilton… pero eso a Alonso le da igual. Supo leer vuelta a vuelta, centésima a centésima, todo lo que había que hacer sobre esa ciénaga asfaltada de Yeongam.
Fue el único de los pilotos de cabeza que no cometió ni un solo fallo en la carrera. Webber destrozó su coche en un muro (y de pasó destrozó la buena actuación que hasta el momento llevaba Rosberg). Vettel sufrió durante muchas vueltas el acoso del asturiano y rompió el motor. Hamilton… bueno, digamos que Hamilton ayer fue simplemente un espectador de lujo de toda la actuación de Alonso; ni siquiera con el favor que le hizo el mecánico de Ferrari supo aguantar el inglés la segunda plaza.

Alonso fue el mejor sobre el asfalto mojado de Yeongam

Sería injusto no acordarme ahora de la escudería Ferrari. Olvidando pequeños detalles como la dichosa tuerca de ayer, Ferrari ha demostrado ser la escudería que Alonso necesita. Ni McLaren (sobran los motivos, como diría Sabina), ni Renault (no les culpo de nada, hicieron lo que pudieron… bastante lograron con esos dos primeros mundiales), la única escudería que está a la altura de la calidad de Fernando es Ferrari. La doble F.

Ahora me acuerdo cuando en verano, tras la cita de Silverstone, Alonso estaba 5º en el Mundial a 47 puntos del entonces líder Hamilton. Muchos se bajaron del carro (o del monoplaza) al ver que Alonso no estaba barriendo en las carreras, mientras exclamaban eso de “¿pero no se suponía que era el mejor del mundo?”. El que más creyó en Fernando Alonso fue el propio Fernando Alonso. El asturiano nunca se rindió, y con la ayuda de una campeona Ferrari, mejoraron el coche y la serenidad del piloto. ¿Resultado? 90 puntos de cien posibles. Números de Campeón.
Hoy esa gente vuelve a subirse a la cresta de la ola que sigue la estela roja que deja Alonso. Una estela que huele a tercer título mundial. Esa gente que hace dos meses se mofaban del asturiano ahora vuelven a idolatrarle… en fin, no seré yo el que les prohíba volver a la senda del Alonsismo. Fernando es lo que tiene, que nunca te puedes olvidar de él por mucho que lo intentes. Es lo que pasa cuando se trata de un Campeón.

2 comentarios:

  1. Hace ya bastante tiempo que los pilotos de Red Bull tienen una sensacion de intranquilidad que les come por dentro. Y creo que el culpable era Alonso. Ahora ya pueden estar tranquilos....ya no les intenta cazar. Hay que matar el campeonato en Interlagos.

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  2. "el que piense que esto está perdido, que se vaya para caso" dijo Alonso después de Spa. "Con tres victorias y acabando en el podium, se puede ganar el mundial" concluyó. Pues bien, así ha sido. Alemania, Monza, Singapur, Corea...En Red Bull están acojonados, Mclaren tirandose de los pelos...quizás si hubieran sabido mantener al asturiano, hubieran ganado algún mundial más...

    Alonso volvió a hacer de mago...t demostró que cuando llueve, va como en railes...impresionante. Está difícil el título, pero más fácil que nunca.

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